XIX Carta al destino. Albacete,8 diciembre, 2015
Estimado Señor Eddie,
¡Que sean buenas las noches, a los hombres de gran corazón! ¿Qué tal está Sr Eddie? Espero que todo bien, como diría mi abuela: "Vamos tirandillo que no es poco".
Por aquí abajo todo anda piscas pajas, el mundo ya no está para sonrisas: Atentados terroristas, cambio climático, violencia de genero.... ¡Está el mundo para tirar cohetes!
Yo a nivel personal no voy a quejarme mucho, no vaya y que la jodamos y vayamos a peor. Mis clases de momento van bien, a días me encuentro ahogado entre trabajos y apuntes pero bueno. Por lo demás mis clases de catequesis y mis tardes de hospital son traguicos de aire fresco intercalados en al semana, desconecto de lo demás y al menos esos ratos me dan ánimos a coger fuerzas.
Esta noche precisamente, me noto animado y con fuerzas, aunque seguro que al levantarme a las 7 y media se me quitan de una pero bueno. Es de esas noches en que me planteo madrugar algo más para poder desayunar en condiciones, o incluso hasta se me pasa por la cabeza hacer deporte, fíjese si tengo que estar animado para pensar eso.
Es cierto que el mundo esta hecho un asco con todos mis respetos, si lo miramos a nivel general, pero profundicemos: ¿Qué mueve el mundo, el dinero, las ideas o los sentimientos? Pienso que aunque por mucha rabia que me de el dinero influye mucho a nivel global, pero no con ello, me quedo con el hecho de los sentimientos.
Los sentimientos, esos que nos hacen tirar lagrimas por la cara de emoción; Una canción bonita; Un mensaje cariñoso para darnos los buenos días, o incluso, los buenos días de mamá en la cama; Las flores de la primavera, o los mantos de hojas de otoño; Un beso de mamá; Un abrazo amistoso; El deseo de la Paz en una eucaristía; Tomar un trago de nata directamente del bote; Saltar como los locos pisando únicamente las líneas blancas de los pasos de cebra; Acariciar un cachorro de perro; Un beso....
Ve, son tantos los pequeños detalles que pueden alegrarnos el día. No importa que todo este mal, el caso es no perder la esperanza ni los ánimos, y menos en estos tiempos de adviento.
Es cierto que a veces, parece que todo esta perdido, que no tenemos fuerzas para seguir adelante nuestras cosas ni nuestra vida, me río yo de esos momentos. Todos tenemos días buenos y días malos ¿Sabe? Pero, ¿Qué importa que en el valle haya sombras si en la colina reluce el sol? Únicamente se trata de saber hacia donde mirar.
Dice un proverbio escocés: "Muchas cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños, hechos por mucha gente pequeña, pueden cambiar al mundo"
Mido 1 metro y pico, me considero alguien bastante pequeño la verdad, pero no importa. No sé con certeza al cien por cien si existe el cielo o el infierno, o si al morir nos reencarnamos, pero hay una cosa que tengo muy clara Sr Eddie, mientras yo continúe en este mundo siendo este joven loco al que llaman Manuel Candel, haré todo lo que caiga en mi mano, para intentar cambiar el mundo, o al menos mi mundo. Muchas cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños...
Que se caigan las fuerzas y lleguen las depresiones, no importa, paramos, descansamos, cogemos fuerzas y continuaremos el camino. Lo prometo.
Es natural que hayan días de todo, para algo somos humanos.
El día roza ya la media noche, va siendo hora de despedirme Sr Eddie. Espero de todo corazón, que no se olvide de los que andamos por aquí abajo y sea benévolo con nosotros. Y con esto, Dios mediante, le envío estas palabras a la suerte de una lágrima en su caída, para que de una forma u otra, le haga llegar mis pensamientos haya ala puerta de su morada.
Mis mas cordiales saludos.
Manuel Candel
¡Que sean buenas las noches, a los hombres de gran corazón! ¿Qué tal está Sr Eddie? Espero que todo bien, como diría mi abuela: "Vamos tirandillo que no es poco".
Por aquí abajo todo anda piscas pajas, el mundo ya no está para sonrisas: Atentados terroristas, cambio climático, violencia de genero.... ¡Está el mundo para tirar cohetes!
Yo a nivel personal no voy a quejarme mucho, no vaya y que la jodamos y vayamos a peor. Mis clases de momento van bien, a días me encuentro ahogado entre trabajos y apuntes pero bueno. Por lo demás mis clases de catequesis y mis tardes de hospital son traguicos de aire fresco intercalados en al semana, desconecto de lo demás y al menos esos ratos me dan ánimos a coger fuerzas.
Esta noche precisamente, me noto animado y con fuerzas, aunque seguro que al levantarme a las 7 y media se me quitan de una pero bueno. Es de esas noches en que me planteo madrugar algo más para poder desayunar en condiciones, o incluso hasta se me pasa por la cabeza hacer deporte, fíjese si tengo que estar animado para pensar eso.
Es cierto que el mundo esta hecho un asco con todos mis respetos, si lo miramos a nivel general, pero profundicemos: ¿Qué mueve el mundo, el dinero, las ideas o los sentimientos? Pienso que aunque por mucha rabia que me de el dinero influye mucho a nivel global, pero no con ello, me quedo con el hecho de los sentimientos.
Los sentimientos, esos que nos hacen tirar lagrimas por la cara de emoción; Una canción bonita; Un mensaje cariñoso para darnos los buenos días, o incluso, los buenos días de mamá en la cama; Las flores de la primavera, o los mantos de hojas de otoño; Un beso de mamá; Un abrazo amistoso; El deseo de la Paz en una eucaristía; Tomar un trago de nata directamente del bote; Saltar como los locos pisando únicamente las líneas blancas de los pasos de cebra; Acariciar un cachorro de perro; Un beso....
Ve, son tantos los pequeños detalles que pueden alegrarnos el día. No importa que todo este mal, el caso es no perder la esperanza ni los ánimos, y menos en estos tiempos de adviento.
Es cierto que a veces, parece que todo esta perdido, que no tenemos fuerzas para seguir adelante nuestras cosas ni nuestra vida, me río yo de esos momentos. Todos tenemos días buenos y días malos ¿Sabe? Pero, ¿Qué importa que en el valle haya sombras si en la colina reluce el sol? Únicamente se trata de saber hacia donde mirar.
Dice un proverbio escocés: "Muchas cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños, hechos por mucha gente pequeña, pueden cambiar al mundo"
Mido 1 metro y pico, me considero alguien bastante pequeño la verdad, pero no importa. No sé con certeza al cien por cien si existe el cielo o el infierno, o si al morir nos reencarnamos, pero hay una cosa que tengo muy clara Sr Eddie, mientras yo continúe en este mundo siendo este joven loco al que llaman Manuel Candel, haré todo lo que caiga en mi mano, para intentar cambiar el mundo, o al menos mi mundo. Muchas cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños...
Que se caigan las fuerzas y lleguen las depresiones, no importa, paramos, descansamos, cogemos fuerzas y continuaremos el camino. Lo prometo.
Es natural que hayan días de todo, para algo somos humanos.
El día roza ya la media noche, va siendo hora de despedirme Sr Eddie. Espero de todo corazón, que no se olvide de los que andamos por aquí abajo y sea benévolo con nosotros. Y con esto, Dios mediante, le envío estas palabras a la suerte de una lágrima en su caída, para que de una forma u otra, le haga llegar mis pensamientos haya ala puerta de su morada.
Mis mas cordiales saludos.
Manuel Candel
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